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Fundación Temaikèn celebra el nacimiento de un pudú y ayuda en un relevamiento de pingüinos

En los primeros días de noviembre celebraron el nacimiento de un pudú, el ciervo más pequeño del mundo, especie autóctona y en estado de conservación vulnerable. Podemos verlo dar sus primeros pasos en el bioparque. También en este mes junto con la WCS y la UNPA, se llevó a cabo un censo de nidos activos en las colonias de pingüinos de Magallanes en Santa Cruz.


El nuevo integrante de la familia cervidae, es una cría de pudú macho. Esta especie integra la maravillosa biodiversidad de nuestra fauna de los bosques patagónicos y tiene un valor muy importante de conservación porque es una especia endémica, es decir, sólo habita en el sur de Chile y Argentina. Además se encuentra en estado vulnerable según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

La buena salud de su mamá, tanto durante los 7 meses de gestación como en el parto, permitió que el pequeño macho pueda nacer y pasar los primeros días de vida en su ambiente. "El período de gestación fue de 7 meses y apenas pudimos pesarlo, al segundo día de su nacimiento, ya superaba el kilo. Normalmente al nacer, estos animales alcanzan los 900 gramos", comenta satisfecho Alexis Inchazu, cuidador de Fundación Temaikèn.


Como todo animal recién nacido duerme mucho y se alimenta cada dos horas de leche materna. "Todos los días lo observamos para monitorear su crecimiento. Es muy importante que aumente su peso, 200 gramos por día aproximadamente, y que, luego de los primeros dos meses, comience a probar distintas hierbas por sus propios medios", asegura Alexis.

Hoy los visitantes pueden verlo dar sus primeros pasos.

Una especie fundamental para el estudio de la osteoporosis

El pudú se encuentra en estado de conservación vulnerable. La caza indiscriminada para alimento o persecución por caza deportiva, tanto en argentina como Chile, contribuyó a poner en riesgo su supervivencia. A esta acción se sumó la destrucción de su hábitat natural: la tala de los bosques, impulsada tanto por el valor de la madera como por la posibilidad de ampliar las zonas de pastoreo del ganado.
La conservación del pudú es fundamental, para preservar la biodiversidad de nuestro planeta, pero también para la realización de estudios biomédicos en relación con la osteoporosis humana. Esto se debe a su pool genético y a que, la estructura ósea de sus astas pasan por los mismos estados de crecimiento, maduración (mineralización) y degeneración ósea (osteoporosis) que los huesos del ser humano.
INVESTIGACIÓN DEL PINGÜINO DE MAGALLANES

Como colaboradores técnicos de las acciones de investigación y conservación de esta especie autóctona que lleva adelante la WCS (Wildlife Conservation Society) y la UNPA (Universidad Nacional de la Patagonia Austral), se llevó a cabo un censo de nidos activos en distintas colonias de pingüinos de Magallanes (Spheniscus magellanicus) de la provincia de Santa Cruz.

El objetivo fue actualizar el número de pingüinos de las colonias relevando nidos activos. Matías e Ismael son dos cuidadores de Fundación Temaikèn que formaron parte de este equipo interdisciplinario asistiendo técnicamente en el manejo de los animales, en los casos que son necesarios para los fines de la investigación. “La condición para que el nido sea considerado activo era que cualquier integrante de la pareja, macho o hembra, estuviese en el nido al momento del censo. Pero también se contaba como nido activo si encontrábamos huevos sin pareja”, explica Ismael.

La campaña duró 3 días y los datos recolectados fueron tomados en seis secciones: Puerto Santa Cruz, Estancia Monte Entrance, Punta Buque, Isla Schwaerz, Estancia 8 de Julio y Ría Deseado (Isla Quiroga, Isla Chaffers e Isla de los Pájaros). Cabe mencionar que la ría es un río que abandonó su cauce, y éste fue ocupado por el mar. La Ría Deseado es la única en Sudamérica por su biodiversidad marina.

“El trabajo fue muy intenso. Sólo en una de las colonias fueron relevados 36.000 nidos activos”, señala Matías. Como resultados se espera analizar el crecimiento o decrecimiento de la colonia, para luego investigar cuáles son los factores que alteran estos cambios. “Es importante y necesario conocer acerca del número de población de estos ejemplares, ya que estos son indicadores naturales del ambiente donde habitan. Además nos permite investigar si las condiciones del lugar se ven afectadas por actividades humanas. Si es así se manifiestan en muchas de las especies, incluyendo los pingüinos”, agrega Ismael.

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