English French German Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

Nos compete a todos: qué hacer ante un ataque al corazón

LOS SÍNTOMAS comunes del ataque cardiaco son: gran dificultad para respirar; dolor en el centro del pecho, que a veces se extiende por el cuello o los brazos y ocasionalmente por la parte superior del abdomen. El paciente quizá sude y pierda conocimiento. Llame una ambulancia y avise al médico. Si la persona aquejada tiene dificultad para respirar, no la obligue a acostarse. Ayúdela a adoptar la postura que le sea más cómoda sin moverla del lugar. Aflójele la ropa apretada (cinturón, cuello, faja, sostén, etc.). No trate de levantar ni transportar al enfermo. No le dé a beber ningún líquido. Conserve usted la serenidad y trate de tranquilizar al paciente. Ensaye mentalmente los procedimientos de la resucitación cardiopulmonar por si el enfermo pierde el pulso y deja de respirar.

Respiración artificial- paro respiratorio
Ante todo hay que asegurarse de que la vías respiratorias estén libres. (Examine la boca y la garganta, y saque cualquier cuerpo que las obstruya.) Observe el pecho del paciente y compruebe si despide aire por la nariz o por la boca (puede usar un espejo, que se empañará si hay respiración); vea hay pulso en la muñeca.

Si la víctima no respira por haber estado a punto de ahogarse, por haber sufrido un choque eléctrico o aspirado vapores químicos, o por cualquier otra causa, pero el corazón todavía le late (y si ya examinó las vías respiratorias), recurra a la respiración boca a boca. Cuando haya habido choque eléctrico, asegurase que se ha interrumpido la corriente antes de chocar a paciente (v. pág. 12). (precaución: observe la parte delantera del cuello. Algunas personas han sufrido extirpación de la laringe, y solo pueden respirar a través de una abertura de traqueotomía. En estos casos la respiración debe ser boca a abertura en el cuello y no de boca a boca.) Si hay gas o humo, saque a la víctima al aire libre. Llame inmediatamente a un médico o a una ambulancia. Para efectuar la respiración de boca a boca:
1. Acuite al paciente de espaldas. Quite cualquier materia extraña de la boca con los dedos. Póngale una mano bajo el cuello, levántele un poco la cabeza y échela hacia atrás, pero no demasiado.
2. Tire del mentón del accidentado hacia arriba.
3. Coloque usted su boca firmemente sobre la boca abierta de la víctima; oprímale las ventanas de la nariz para cerrarlas y sople lo bastante fuerte para hincharle el pecho, si es un niño pequeño, al soplar cubra con su boca la nariz y la boca de éste.
4. Retire la boca y asegurase de percibir el aire exhalado. Repita la maniobra. Si no circula aire, revise la posición de la cabeza de la mandíbula de la víctima. La lengua o algún cuerpo extraño debe estas obstruyendo paso del aire. Ensaye nuevamente.
5. Si todavía no logra usted el intercambio de aire, vuelva al enfermo sobre un costado y golpéelo fuertemente entre los hombros (omóplatos) varias veces para desalojares la garganta cualquier cuerpo extraño. Si el accidentados un niño, suspéndalo momentáneamente cabeza abajo, sosteniéndolo sobre el brazo o las piernas, y déle golpes fuertes y repetidos entre los omóplatos. Limpiele bien la boca.

6. Reanude la respiración de boca a boca. Tratándose de adultos, sople vigorosamente cada cinco segundos. En los niños pequeños sople superficialmente cada tres segundos. Si usted lo prefiere, puede colocar un pañuelo en la boca de la víctima para soplar a través de él.

No suspenda las maniobras hasta que la persona comience a respirar. Muchos accidentados no han revivido hasta después de varias horas de aplicarles la respiración artificial.

7. coloque mantas y abrigos debajo y encima de la víctima. Cuando vuelva encima de la víctima. Cuando vuelva en si, no la deje levantar por lo menos durante una hora.

Resucitación cardiopulmonar (rcp)- respiración suspendida y ausencia de pulso
Si el paciente no respira, es preciso asegurarse de que no hay obstrucción en las vías respiratorias. Trate de escuchar el latido del corazón tómele el pulso. Si no lo hay, es que el corazón se ha parado. En este caso es indispensable ensayar la resucitación cardiopulmonar (RCP), en preferencia con un ayudante:  este procedimiento comprende la respiración o ensuflación intermitente de boca a boca y el masaje cardíaco.


Para administrar la RCP, acueste a la víctima de espaldas sobre el suelo. De rodilla junto a ella, dé un golpe fuerte con el puño en el pecho (esternón). Así se suele lograr que el corazón vuelva a latir. Si esto no ocurre, tantee el pecho del accidentado para encontrar el extremo inferior del esternón. Ponga un dedo de la mano izquierda sobre el cartílago; luego acerque la parte posterior de la mano derecha ( nunca la palma) hasta la punta del dedo, retire el dedo y coloque la mano derecha sobre la izquierda.
En seguida, impulse hacia abajo con un impulso rápido y firme para hundir el tercio inferior del esternón cerca de cuatro centímetros, lo cual se logra dejando caer el peso del cuerpo y levantándolo otra vez. Se repite cada segundo esta compresión rítmica: oprimiendo y soltando... oprimiendo... soltando. Cada vez que se empuja, se obliga a corazón a contraerse e impulsar la sangre por el cuerpo de la víctima. Esta operación sustituye al latido.
Si está usted solo con el accidentado, deténgase después de cada 15 compresiones para insuflarle profundamente aire dos veces boca a boca, y luego continúe con este ritmo de 15 a dos hasta que llegue ayuda. Si cuenta con otro voluntario, éste debe arrodillarse junto a la cabeza del enfermo y soplarle aire de boca a boca 12 veces por minuto, ose una insuflación por cada cinco compresiones.
Es necesario continuar la RCP hasta que el paciente reviva: las pupilas se achican, el color mejora, comienza la respiración y resurge el pulso. Es posible mantener viva a una persona con este procedimiento por lo menos una hora.
Advertencia: Aun cuando la resucitación cardiopulmonar se efectúe correctamente, puede romper costillas. Si se hace mal, la punta del esternón o una costilla rota podría perforar el hígado o un pulmón. Por eso se recomienda adiestrarse adecuadamente en esta técnica. Pero en una emergencia, aunque carezca usted de preparación, intente la RCP. Sin ella, la persona cuyo corazón se ha detenido seguramente morirá.

Comentarios

Entradas populares