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Ansenuza y Chipión corren sanos en la naturaleza

Gracias a los collares de transmisión satelital con los que fueron liberados hace casi un mes, la Fundación Temaikèn puede confirmar que los dos aguará guazú se encuentran en buen estado. Es la primera vez que se utiliza esta tecnología en la especie en Argentina.


El 15 de octubre de 2015 liberaron a Ansenuza y Chipión en la zona de Mar de Ansenuza, provincia de Córdoba, junto con la Dirección Nacional de Fauna Silvestre y la Secretaría de Ambiente de la provincia de Córdoba. Estos dos aguará guazú fueron rehabilitados en el Centro de Rehabilitación de Especies Temaikèn (CRET).

La rehabilitación de Ansenuza y Chipión duró más de un año porque debían alcanzar el tamaño adulto, no sólo para asegurarse que pudieran sobrevivir en la naturaleza y buscar su propio alimento, sino para colocarles unos collares de transmisión satelital que permiten monitorearlos en estado silvestre, ya que los mismos no podían quedarles ajustados al crecer. Estos collares, uno de los cuales fue donado por Telonics gracias a la gestión de ZCOG, tienen una tecnología que permite determinar patrones de movimiento y una cantidad de datos para comprobar el éxito de la liberación.


Los collares"Es el primer caso de uso de estos collares en individuos de aguará guazú en nuestro país. Podremos obtener datos valiosos y delinear estrategias efectivas para continuar con la conservación de esta especie”, afirma Paula Gonzalez, coordinadora del Programa de Conservación de Especies Amenazadas.

Cada uno de ellos brinda tres puntos de geolocalización por día a través de información satelital, lo que permite conocer y monitorear su ubicación, movimientos, cuánto se trasladan, si se acercan a un poblado o atraviesan una ruta. Estos dispositivos cuentan también con sensores de mortalidad y actividad. Cada collar tiene un sistema que está programado para que antes de que se termine la batería se desprenda del cuello de cada aguará guazú sin que puedan darse cuenta.

“Durante este tiempo estudiamos sus comportamiento y detectamos que Ansenuza rápidamente se acercó a un curso de agua dulce y fue siguiéndolo por varios kilómetros, mientras que Chipión todavía recorre un área más cercana al sitio de la liberación”, comenta Paula.

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