Alberto Cirkov: Escritor
Alberto Cirkov es escritor - con todo lo que conlleva ese título -. Sus poesías llegan a lo más intimo del lector. Maneja las emociones y las letras como un pintor de exquisita creatividad. Su paleta son las letras y sus pinceles son, nada más ni nada menos, que la vida y los humanos que la desarrollamos. Plasma en sus poemas los colores y las luces y sombras con la sensibilidad de un grande.
- ¿Dónde naciste, desde cuando vivís en Escobar y qué otra actividad desarrollaste conjuntamente con la de escritor?
- Nací en la ciudad de Buenos Aires el 7 de marzo de 1951. Cuando tenía menos de un año mis padres se mudaron a Ingeniero Maschwitz, cuando el barrio recién se empezaba a poblar y era casi todo campo. Estudié comercial y luego periodismo, aunque viví de mis trabajos en administración. Colaboré y lo sigo haciendo en diferentes medios a la vez que me dedico a escribir poesías o notas para periódicos o revistas.
- ¿Cómo y cuándo empezaste a escribir? ¿Quién te leía al principio?
- Empecé a escribir a los diez años. La maestra de cuarto grado nos encargó que escribiéramos una composición o poesía alusiva al día de la madre. Tres de nosotros presentamos poesías. Ese fue mi debut con este género literario.
Al comienzo las leía únicamente yo. Luego compartía algunas cosas con compañeros de colegio más allegados.
En la Feria del Libro. Stand del SADE |
- ¿Qué género es tu favorito? ¿Alguna página donde podamos ver o leer algo sobre tu obra reciente?
- Mi género favorito es la poesía. Lo digo como escritor, ya que como lector me atrae todo tipo de texto: poesía, cuento, novela, ciencia ficción, ensayo, etc. En la poesía puedo volcar lo que llevo adentro o lo que percibo de las personas y circunstancias que me rodean. Actualmente no cuento con una página en donde muestre mis trabajos literarios.
- ¿Tenés algún ritual o maña antes de sentarte a escribir? ¿O algún lugar especial de la casa?
- No. Pero necesito estar solo, sin nada que produzca interrupciones o distracciones. Tiempo atrás lo hacía sentado en una silla debajo de un árbol, o sentado en la cama a la luz de una lámpara.
- ¿Qué tipo de lectura es la que te activa las ganas de escribir?
- Todo tipo de lectura enriquece el caudal intelectual que uno posee. Desde relatos de ficción, poesías, diversos aspectos de la historia, biografías o ensayos de carácter científico. Las historias y enseñanzas de la Biblia también aportan la parte espiritual de mis escritos.
Con colegas: firmando ejemplares |
- ¿Cuáles son, para vos, los elementos básicos de una historia?
- Toda historia debe tener un comienzo, un desarrollo y un desenlace. Si estos elementos logran no ser previsibles, despertarán un mayor interés en la persona que está leyendo. También es importante que sea verosímil, para no caer en una fantasía con la cual el lector no se sienta identificado.
- Para escribir: ¿Primera persona o tercera persona?
- De las dos maneras. En primera persona expreso mis propias vivencias. En la otra puedo contar lo que observo fuera de mí, y aún como repercute en mi persona.
- ¿Qué escritores conocidos son los que más admirás?
- Fundamentalmente los escritores españoles de la primera mitad del Siglo XX. También entre los nuestros a José Hernández, Horacio Quiroga, Ricardo Güiraldes, Ernesto Sábato, José Pedroni, y muchos más.
- ¿Qué hace que un personaje resulte creíble? ¿Cómo creás los tuyos?
- Cuando un personaje es tomado de la realidad, aunque se modifique su identidad, resulta creíble porque sus experiencias son semejantes a las que vive el lector.
Creo mis personajes observando a las personas, no tanto en su aspecto exterior pero sí escarbando para encontrar lo que hay debajo de la superficie. Casi todas las personas que nombro en mis poesías existen o han existido y ha habido una relación más o menos profunda con ellas.
- ¿Sos igualmente hábil contando historias oralmente?
- Pocas veces lo he intentado, pero me siento más cómodo escribiendo las cosas en un papel. Brinda más posibilidad de examinar las cosas, y uno puede modificar lo que considera inadecuado. Además, lo que uno expresa verbalmente, una vez dicho ya no puede ser modificado.
- En lo más profundo de tu motivación, ¿para quién escribís?
- Al comienzo escribía para mi mismo. Era una forma de volcar en el papel lo que tenía adentro. Con el tiempo comencé a escribir para los demás (entiéndase los lectores que reciben lo que les entrego). Esto me obligó a mejorar el estilo, las técnicas, el uso del lenguaje, a corregir ciertos vicios en la redacción que casi todos traemos de la escuela. En otras palabras, aprendí a hacer un trabajo más profesional, por así decirlo. Por otra parte, uno va madurando a través del tiempo, aunque en esencia sigue siendo el mismo.
- ¿Se escribe como terapia personal? ¿Son los conflictos internos una fuerza creadora?
- No se si como terapia, pero si como una necesidad personal. Los humanos somos seres espirituales, y la poesía es un ingrediente importante en la forma de comunicarnos con los demás. Desde ya que si. Los conflictos internos y externos, las alegrías y tristezas, los triunfos y fracasos, son todos condimentos esenciales a la hora de transmitirlo a otra persona, porque son experiencias comunes a todos (aunque algunos lo perciban más que otros).
- ¿Te presentás a concursos? ¿Has recibido premios?
- Pocas veces me he presentado a concursos, aunque se que mis trabajos poseen un nivel competitivo para estar entre los que dejan algo positivo a los demás. En una oportunidad recibí un segundo o tercer premio. Pero también se que recibir un primer premio no me hace mejor que los demás, y que no resultar premiado puede significar que el jurado escogió otras opciones con mayor o menor mérito que el mío. Toda esta cuestión tiene un valor relativo, sujeto a criterios humanos a veces muy particulares.
- ¿Compartís los borradores de tus escritos con alguien de confianza para tener una opinión?
- Algunas veces. Y he recibido comentarios que enriquecieron mis puntos devista.
- ¿Creés que ya has encontrado “tu voz”, o es algo que se está buscando eternamente?
- Creo que ya encontré una manera propia de decir las cosas, pero al mismo tiempo ésta está sujeta a los aportes siempre renovados de nuevas experiencias, con lo cual uno puede enfocar las mismas cosas de una manera siempre diferente.
- ¿Qué disciplina te imponés, en cuanto a horarios, metas, etc.?
- Los horarios siempre están relacionados con las actividades de cada día (trabajo, descanso, actividad social, entretenimiento). Prefiero los momentos en que estoy solo, en que nadie me moleste. Siempre trato de que mis escritos sean mejores que los anteriores, pero no siempre lo logro. Es imposible transitar un camino siempre cuesta arriba, pero si un camino ondulado que posee distintos niveles de calidad.
- ¿De qué te rodeás en tu lugar de trabajo para favorecer tu concentración?
- Entiendo como lugar de trabajo el que empleo para la creación literaria. Busco rodearme de silencio, un par de diccionarios, a veces material escrito que fundamente mis observaciones.
- Computadora, máquina de escribir, lápiz y papel… ¿Cuál preferís?
- Hasta ahora, lápiz y papel. Por lejos. Una sola vez escribí una poesía en una máquina de escribir, y hasta ahora jamás en una computadora. Sí después de corregir los textos, los transcribo en una máquina o computadora, pero esto es más bien una forma de guardar un texto y no de crearlo.
- ¿Cómo ha sido tu experiencia con las editoriales?
- En general ha sido buena. Fue una forma de multiplicar mis escritos, para que lleguen a más lugares y más personas. Como las editoriales también son empresas, muchas veces la cuestión comercial está por encima de la difusión cultural. Hay editoriales que cobran precios razonables por las publicaciones y presentan un trabajo de excelente calidad, sin lujos pero con seriedad.
- ¿En qué año publicaste tu primer libro?
- En 1981 publiqué “La luna hecha sonrisa”, con Ediciones Tres Tiempos.
- ¿Qué me podés contar del nuevo libro que está por salir?
- Cuando en 1984 publiqué “La piedra en el zapato” sostuve que hasta ese momento era mi obra cumbre. Y lo fue hasta que salió “Cuatro días en la colmena”. Contiene trabajos escritos durante los últimos treinta años y un poco más, de los cuales seleccioné aproximadamente la mitad. Contiene una gran variedad temática y de estilo, a la que agrupé en cuatro partes con contenidos más o menos afines: “Cerca de los afectos” (donde expongo las relaciones con la pareja, los hijos y los amigos); “De la memoria colectiva” (con hechos y experiencias conocidas por todos, desde un eclipse o la lluvia, los caballos célebres de la historia, los sufrimientos de la gente durante una guerra, etc); “Las leguas devoradas” (con mis experiencias personales en el Delta o la Patagonia); y “La meta alcanzable” (donde muestro un objetivo trascendente en la vida, y que si nos proponemos podemos alcanzarlo con la ayuda de Dios).
“Cuatro días en la colmena” tendrá su Presentación Oficial en la Casa de la Cultura de Escobar - Tapia de Cruz 1280, Belén de Escobar - el día 3 de mayo del corriente, a las 19.00 horas
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